Epidemiólogo de cabecera
Era el comienzo de la pandemia. La consejera Murga estaba preocupada porque después de marginar a los expertos del Consejo Asesor de Enfermedades Infecciosas Emergentes y nombrar un Comité de Dirección que se hiciera cargo de la misma, sabía que le faltaba algo. Tenía datos estadísticos porque son necesarios para usarlos según convenga. Ya decía Mark Twain que hay tres tipos de mentiras: mentiras, grandes mentiras y estadísticas. Estadísticas sí tenía, pero no un epidemiólogo en el Comité de Dirección. No olvidemos que todos ellos eran médicos gestores y desconocían la práctica de la epidemiología y de las enfermedades infecciosas. Era urgente encontrar un epidemiólogo y nombraron a Ignacio Garitano.
¿Qué créditos aportaba este epidemiólogo? Si leemos El Correo en el momento de su dimisión sus credenciales eran inmejorables
Su carrera médica es, cuando menos, poco habitual. La visita a sus perfiles en Linkedin y en Research Gate proporciona características un tanto peculiares.
Resumiendo: hizo la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria y trabajó en urgencias de Txagorritxu hasta marzo de 2008. De 2008 a 2010 se formó como epidemiólogo en el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) y en 2011 finalizó una actividad vinculada con la epidemiología en el hospital de Cruces. En mayo de 2012, también en el hospital de Cruces, inició su formación en Obstetricia y Ginecología y en 2016 finalizó esta especialidad. Desde 2016 a 2020 trabajó como ginecólogo en el hospital de Txagorritxu hasta que fue nombrado coordinador de la Red de Vigilancia de Osakidetza.
En Research Gate aparecen sus publicaciones en revistas médicas y desde que finalizó el periodo de formación (2010) no publicó nada sobre epidemiología infecciosa hasta su nombramiento como coordinador de la covid.
En su perfil de Linkedin también aparece una mención de su padre, Miguel Gutiérrez, (Ignacio Garitano alteró sus apellidos de Gutiérrez Garitano a Garitano Gutiérrez), persona de gran influencia en la sanidad vasca. En 2020 su tío Enrique Gutiérrez era el director médico del hospital de Txagorritxu.
Por tanto, no parece que los calificativos sobre su experiencia, conocimientos y práctica clínica vinculada a la epidemiología fueran muy relevantes antes de asumir ese cargo. Cualquiera que lea la prensa laudatoria le pondría al nivel del responsable alemán de la covid, Christian Drosten, o de su homólogo neozelandés Ashley Bloomfield.
Al tiempo que otros países utilizaron metodologías nuevas como software diseñado para gestión de la pandemia, en Euskadi se usó Go.Data, un software gratuito de la Organización Mundial de la Salud de uso obligado en países en vías de desarrollo por cuestiones económicas, pero, según los expertos, no era la tecnología más adecuada para hacer un seguimiento de una pandemia en 2020 en un país europeo.
Si vamos a la crudeza de los datos, estos no son en absoluto para presumir.
| País | Número de fallecidos | Fallecidos/100.000 hab. |
|---|---|---|
| Nueva Zelanda | 2.550 | 52,88 |
| Alemania | 168.535 | 203.16 |
| España | 119.479 | 255,54 |
| País Vasco | 8.266 | 376,28 |
¿Se podía haber hecho mejor? Parece que sí, al menos desde el punto de vista sanitario, y la fulgurante aparición del epidemiólogo de cabecera se desvaneció por completo como si se lo hubiera tragado un agujero negro. Le sucedió en el cargo una enfermera que tenía como credencial epidemiológica ser la responsable de las rastreadoras de la covid en Álava.
¿Por qué dimitió? ¿Fue cesado? Se sabrá con el tiempo. Es momento de levantar alfombras.
