El colapso de las Urgencias de Txagorritxu
Los trabajadores y trabajadoras de Urgencias de Txagorritxu están lanzando un grito de auxilio: ¡SOS! Podrá haber quien piense que esta llamada de auxilio se deba a reclamaciones de tipo salarial, pero nada más lejos de la realidad. Quieren mejorar sus condiciones de trabajo para que la atención a la ciudadanía sea de calidad, como merecemos los usuarios y como desean estos trabajadores.
Este estado de cosas es consecuencia de una mala organización de las urgencias en Álava y es un signo más del deterioro progresivo de la Sanidad Pública. Es conocido el colapso frecuente de las Urgencias de Txagorritxu, sus largos tiempos de espera y las quejas recurrentes de los pacientes. Los gestores sanitarios lo achacan a situaciones concretas (inclemencias meteorológicas, picos de enfermedades respiratorias, periodos vacacionales, etc.), imprevisibles y coyunturales. Sin embargo, basta hablar con los trabajadores para saber que es un problema estructural que se produce con gran frecuencia y que no solo deteriora las condiciones asistenciales a los usuarios, sino que también merma su satisfacción profesional y les conduce a situaciones de estrés laboral.
Cuando un paciente entra a urgencias puede recordar las grandes inversiones realizadas en construcción y equipamiento, deslumbrarse por aparataje moderno, complejo y sofisticado, pero no verá la infradotación de personal, aunque la sufrirá.
El nuevo servicio de Urgencias de Txagorritxu ha perdido personal médico en número importante en estos pocos años de andadura y la causa fundamental es una mala gestión de los recursos humanos. Enfermeras y auxiliares de enfermería están permanentemente preocupadas por recortes de personal y empeoramiento de sus condiciones profesionales. Concretamente, este 3 de junio pende la amenaza de que seis enfermeras y tres auxiliares de enfermería de la actual plantilla de Urgencias dejen de prestar sus servicios en esta unidad. Celadores y personal administrativo tampoco son ajenos a esta situación.
Este estado de cosas, que los trabajadores califican como catastrófico, tiene múltiples causas. Una de ellas es el progresivo deterioro y la infrafinanciación de la Atención Primaria, que ya comentamos en otra entrada de nuestro blog. Esto conduce a una asistencia centrada en los casos y no en las personas, con pérdida del seguimiento en el tiempo de un usuario por su médico. Sabemos que cuanto más tiempo sea atendida una persona por el mismo médico de familia serán menos las consultas a urgencias, de PAC y de hospital, tendrá más vida y mejor calidad de vida.
No menos importante es la infradotación de Puntos de Atención Continuada (PAC), también ya comentado en otra entrada. Pensar que una población como Vitoria con más de 250.000 habitantes, cada vez más envejecida, solo disponga de un PAC en Olaguibel que cierra a las 12 de la noche causa enfado justificado y va en contra de lo que, sobre el papel, establece Osakidetza sobre los lugares donde se debe acudir en caso de urgencia no vital que no es otro que el PAC.
Es bien conocido que el envejecimiento de la población genera más urgencias. Estas son más complejas porque requiere más tiempo conocer la situación de la persona que acude a este servicio, no solo por posibles dificultades sensoriales y comunicativas, sino también porque son colectivos polimedicados en los que es imprescindible la revisión de todos los tratamientos que reciben pues una causa frecuente de consulta son los efectos adversos de los fármacos.
Tampoco hay que olvidar la situación de los pacientes que sufren las largas listas de espera para intervenciones quirúrgicas o para citas con especialistas como un agravante más. Estos pacientes, con dolor y merma de sus condiciones físicas, cuando sufren agudizaciones de sus síntomas, y con una Atención Primaria que puede tardar días en proporcionar una cita, no ven otra alternativa que recurrir a la urgencia hospitalaria.
Para complicar la situación concreta de Txagorritxu hay que señalar que el pasado mes de noviembre se trasladaron del hospital de Santiago las especialidades de Neurología, Traumatología, Cirugía Vascular, Cirugía Maxilofacial y Neurocirugía. Esto ha incrementado la complejidad de muchas urgencias vitales sin un correspondiente aumento de personal. Más complejidad y más gravedad sin redimensionamiento de recursos humanos es un total desatino. La estabilización de estos pacientes es más laboriosa y los trabajadores saben que una atención rápida en casos de politraumatismos, ictus o infartos es crucial para salvar vidas y reducir las secuelas permanentes. En urgencias, tiempo es vida.
Los trabajadores y trabajadoras de Urgencias de Txagorritxu no han conseguido que los gestores mejoren las condiciones pese a sus reiteradas peticiones usando los cauces habituales. Ahora se ven obligados a hacer público su malestar con concentraciones en el hospital desde el pasado 26 de febrero sin que se haya producido cambio alguno. También se ha concentrado en la plaza de la Virgen Blanca.
Su última propuesta es una manifestación ciudadana el próximo 8 de junio para que todos y todas acudamos a expresar nuestro enfado y a exigir soluciones a este grave problema.
Tener una atención urgente digna y de calidad en Vitoria-Gasteiz y en Álava es algo que nos compete a todos.
Acudamos a la manifestación del día 8 de junio que saldrá de la plaza Bilbao a las 12 del mediodía. Es nuestra salud, es nuestro derecho. ¡Defendámosla!