La Atención Primaria, primero
“La Atención Primaria, primero” es un lema prácticamente en desuso porque las consejerías de Salud del gobierno vasco, todas a cargo del PNV, a excepción de la legislatura socialista con Rafael Bengoa (2009 a 2012), han ido esquilmándola para ser, cada día más, la hermana pobre de la sanidad pública vasca. Este proyecto privatizador se ha ido gestando desde el programa Osasuna Zainduz promovido por Azkuna hace más de 30 años.
La Atención Primaria es fundamental para una buena atención en salud de la población, pero su situación es cada vez más crítica como lo recoge el manifiesto de la plataforma profesional para salvar y fortalecer la Atención Primaria. En este manifiesto se enumeran los problemas fundamentales:
- Falta de recursos.
- Equipos mal dimensionados que no responden a las necesidades y demandas de la población.
- Reducida a ser la puerta de entrada al sistema.
- Sometida al poder hospitalario.
La financiación de la Atención Primaria referida al porcentaje del gasto sanitario está muy alejada de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Ese porcentaje debería ser del 25% y en 2020 en la Comunidad Autónoma de Euskadi llegó solo al 14%.
Pero este gasto es todavía menor si lo comparamos al Producto Interior Bruto de las Comunidades Autónomas del Estado.
Los Equipos de Atención Primaria, especialmente Medicina de Familia y Pediatría, tienen déficit de especialistas y el número de pacientes por cupo médico sigue aumentando. Todo esto está agravado porque las administraciones autonómicas no han visto necesario instar al gobierno central para que aumente la formación de especialistas en Atención Primaria con más plazas de MIR. Si a esto le sumamos que hay un importante número de jubilaciones en los próximos años, parece que el futuro no es nada halagüeño, bien por falta de previsión, que no parece lógico porque los profesionales y los sindicatos llevan años reclamando más especialistas en la Atención Primaria o bien por una estrategia de manual para privatizar servicios públicos, como parece ser el caso.
Por si esto no fuera suficiente, se está orquestando una campaña de descrédito social que va a costar revertir y que se traduce en transformar la Atención Primaria de calidad en Atención Primaria de caridad.
En este gráfico del blog de Juan Simó podemos ver como el gasto en Atención Especializada (AES) (hospital) ha ido aumentando en Euskadi en relación con el gasto en Atención Primaria (APS).
En lo que hace referencia al gasto per cápita (pc), se observa una disminución en Atención Primaria (línea roja) y en gasto farmacéutico (línea naranja). En azul está el gasto hospitalario y en verde el gasto sanitario público. En negro se recoge el promedio del Sistema Nacional de Salud (SNS).
Es evidente que si se promociona el gasto hospitalario se reduce la inversión en Atención Primaria.
No hay duda alguna de que la consejería de Salud del gobierno vasco lleva décadas favoreciendo el hospitalocentrismo y haciendo oídos sordos a las denuncias de los profesionales y las de asociaciones como Osatzen-Sociedad Vasca de Medicina de Familia y Comunitaria. En mayo de 2020 Osatzen decía:
Ha pasado la hora de repetir que la AP está abandonada presupuestariamente y en recursos
Osatzen.
humanos, desprestigiada política y sanitariamente, y que sin haber llegado nunca a ser el eje del sistema llegó a convertirse en la base de la pirámide de un sistema sanitario centrado en el
medio hospitalario.
En la consejería de Salud ni Darpón, ni Murga, ni Sagardui se han dado por enterados y tampoco parecen conocer, y mucho menos, reconocer que una buena atención primaria es altamente eficiente en términos de cantidad y calidad de vida de la población, menor consumo de fármacos y menos consultas a los servicios de urgencias hospitalarios.
A la consejera Sagardui no le tembló el pulso ni la voz cuando leyó que hay que aceptar un «cambio cultural» que conlleva una peor asistencia sanitaria pública, como si esto fuera un castigo divino inevitable.
No aceptamos perder derechos.
No queremos que la sanidad pública sea de beneficencia.
No queremos que la gente tenga que gastar más dinero para tener sanidad privada, que por se privada no tiene que ser mejor, pero sí se convertirá en una amenaza de ruina económica para muchas familias.
No queremos que la ciudadanía se empobrezca para incrementar las cuentas de resultados de las compañías aseguradoras de salud, de sus accionistas y sus directivos, donde hay una larga nómina de consejeros y viceconsejeros de Salud del PNV (Azua, Inclán, Darpón, Ansotegui…).
Créditos de la imagen de cabecera de la entrada. Fragmento de Self-Portrait with Dr. Arrieta. Artista: Francisco José de Goya y Lucientes. Año 1820. Minneapolis Institute of Art. Ver enlace a la imagen completa.
